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DIARIO DEL VIAJE

Prólogo
“El aire vibra como un horno. Ataca. Absorbe la energía de sus víctimas, dejándolas exhaustas, agotadas. Para combatir el intenso calor de mayo, hay que ser un guerrero.

Mi rickshaw se detiene en el semáforo de Defence Colony. A mi izquierda, a pie de calle, se alza un pequeño templo moderno con el aspecto de una deliciosa tarta rosa. Enfrente, una vaca deambula por la acera. Un hombre sale del templo, hablando acaloradamente por un teléfono móvil. Transpira a borbotones. Enormes gotas de sudor le resbalan por la frente; se deslizan por su nariz, hasta caerle sobre el pecho; desde el lóbulo de las orejas hasta el cuello de la camisa, y desde las puntas de los dedos hasta el suelo.

Ve la vaca. Parece ignorarla. Sin dejar de hablar, introduce la mano en el bolsillo, saca un pastelillo y se lo ofrece al animal. Mientras este lo va masticando, el hombre le rasca el cuello, justo allí done a las vacas más les gusta que les rasquen. Tras engullirlo, levanta la cabeza para disfrutar el máximo de las caricias del hombre. Después, este reemprende su camino, mientras la vaca sigue deambulando lentamente por la acera.

Una escena de lo más natural para un indio; una escena inimaginable para un occidental. La India es desconcertante. El país que registra el crecimiento más importante en compras de teléfonos móviles, también alberga el cuarenta por ciento de la fauna mundial. A la vez, sus más de mil millones de habitantes lo convierten en el país más densamente poblado de la tierra. La mayor democracia del mundo también es el país más religioso del mundo. La India es asombrosa.

¿Cómo interpretar este país? ¿Qué india debemos observar? ¿La India contemporánea, la India tradicional o la India eterna? ¿Podemos hablar de una sola India? ¿O tal deberíamos referirnos a ella en plural... las Indias? Veintinueve estados, dieciocho lenguas oficiales, miles de dialectos, multitud de religiones, seis mil periódicos diarios. La India es fascinante.
El problema no estriba únicamente en cómo interpretar este país, sino en cómo ver el resto del mundo tras haber visto la India. No es un lugar que uno pueda visitar, contemplar, analizar, apreciar, juzgar y después olvidar. La India no se ve, se vive. La India te confronta con su humanidad. Te obliga a contemplar la naturaleza humana en toda su vergüenza y magnificencia, a amarla y odiarla al mismo tiempo, a aceptarla tal y como es. La India es como un virus: se apodera de tu cuerpo y te transforma. Ya no eres tú quien visita la India; es ella quien te visita a ti.

Ante esta perspectiva, más de un visitante la ignora, prefiriendo censurar su cuerpo y alma antes que correr el riesgo de cuestionar su propia visión del mundo. Resulta más fácil olvidar a este hombre hablando por el móvil y acariciando la vaca; fingir que ninguno de ellos existe, salvo en la imaginación. Es más sencillo creer que, tarde o temprano, un país tan caótico como este terminará por destruirse a sí mismo, ahogándose en sus propias contradicciones. Es más práctico olvidar la India que tratar de comprenderla. Y es que, en última instancia, ¿cómo aceptar que las vacas también tengan derecho a pasear tranquilamente por las calles de cualquier ciudad? ¿Cómo considerar normal que un hombre provisto de un móvil comparta con ellas lo que él mismo acaba de tomar a modo de bendición en el templo? Desde el momento en que aceptamos que todo ello forma parte de la realidad, cualquier cosa es posible.

Sin embargo, con independencia de que hayamos nacido en la India o no, la cuestión de cómo concebirla, cómo comprenderla, sigue siendo la misma. Uno de nuestros antiguos proverbios reza así: “Para conocer la India, hay que tener tres vidas”. Una espléndida metáfora para explicar que, en este país, nada es exactamente como parece.

Estar en la India supone verse asaltado por sensaciones, olores, colores, emociones, preguntas; esforzarse por encontrar respuestas; hacer frente a tus propios deseos y a tus temores más íntimos. Estar en la India significa ser cegados por el sol y ensordecidos por la lluvia. Estar en la India significa asistir a la lucha por la vida en lo más profundo de tu ser; sentir cómo la despiadada mirada de la desgracia se posa sobre ti, en cada cruce, en cada acera; sentir el preciso instante en que te traspasa el hombro y te susurra al oído: “Puede que la próxima vez te toque a ti”. Estar en la India significa contemplar cómo tu autosuficiencia se rompe en mil pedazos. Significa sentirse libre. E impotente. Significa no olvidarse ni un solo instante de esa fabulosa y extraña energía que te rodea.

Estar en la India significa comprender que la vida es una paradoja. Significa tener que plantearse la cuestión de la existencia. Estar en la India significa optar, en más de una ocasión, por ser sordo y ciego, pese a saber que nunca llegaremos a serlo del todo. Estar en la India significa sentirse solo, sentirse humano. Aprender a aceptar lo inesperado, en lugar de luchar contra ello. Estar en la India significa saber que el tiempo es subjetivo, salvo cuando se trata de nacimientos, muertes o matrimonios. Estar en la India significa no conocer jamás el aburrimiento y a menudo la desesperación. Estar en la India significa aprender a confiar. Estar en la India significa saber que todo cambia y nada se pierde, excepto los recuerdos. Estar en la India significa formar parte de una tradición viva. Ser moderno y tradicional a la vez. Estar en la India significa ver la eternidad en un abrir y cerrar de ojos.”

Radhica Jha
(He tomado estas palabras del estupendo blog "Indiados" de Carlos Blay,que leí antes del viaje y con el que disfruté mucho, http://indiados.blogspot.com/2007/02/homenaje-la-india.html)




22 de Enero.En vuelo
Hemos despegado con hora y media de retraso en un boeing de la Turkish Airlines destino Estambul.La T4 de Barajas es espectacular y futurista pero demasiado grande para la medida humana,se tarda mucho en llegar a tu puerta de embarque, sobre todo si tienes que ir a la T4s atravesando las pistas en el tren subterráneo.
El avión es confortable y limpio, muy espacioso,¡llevamos media hora de vuelo y todavía no han servido ni un refresco!Tenemos hambre.Son las 16:30 y llegaremos a las 21 a Estambul...¡ya traen la comida!...
Buen servicio,comida de avión con vino chardonnay original,Rafa ha bebido un tinto turco muy aceptable, por 500€ del billete no está nada mal el servicio.
Tengo al lado dos chicos hispano turcos leyendo la prensa turca y con un pequeño portátil,el vuelo va a la mitad de pasaje y la mayoría son hombres de negocios turcos, hemos preguntado a nuestros vecinos si es factible en 4 horas ir a cenar al centro de Estambul, han sacado una pda y nos han abrumado con información de restaurantes,taxis,calles y sitios para ir, también nos han dado informes de Delhi, ¡tenían datos de todo el mundo en su pda.!
¡Qué nos espera en este viaje!Desde luego a priori es el lugar más atractivo de los que hemos conocido,un viaje muy improvisado y a la aventura.Lo que más tememos es el cansancio,toda la tarde en el vuelo,luego la noche sin dormir en el otro vuelo,llegar a Delhi a mediodía con el jet lag y sumergirse en el caos que se anuncia.¿será así o nos encontraremos con la grata sorpresa de que no es tan duro como lo cuentan? recuerdo que en el otro viaje a Asia,al llegar a Bangkok quisimos volvernos de inmediato,¿pasará lo mismo en Delhi?.
Rafa se ha pedido otra botella de vino y los de al lado no paran con los cubatas de güisqui...¡así da gusto volar!
Aeropuerto Atatürk.Istambul.23 horas.
Lo de este aeropuerto es de escándalo,si toda Turquía fuera como esta cueva de Alí Baba estaría a nivel escandinavo o de Hong Kong,¡vaya precios!la cerveza a 5 € y el café a 3€.Hemos cenado un “pide”con ensalada,es como una pizza de carne de forma abarquillada.
Aquí estamos esperando el embarque para Delhi sentados en unos sillones en el Starbucks Café,¡qué sueño! Y el relaxybis en la maleta,nos espera un vuelo de 5 horas sin pegar ojo.



24 de Enero.Nueva Delhi.
¡Qué horror!¡vaya ciudad!No he visto nunca una capital tan caótica y destartalada.
Estamos ahora en el aeropuerto nacional esperando un vuelo a Udaipur.Ayer decidimos salir huyendo de Delhi y en un ataque de prisa entramos en una oficina de Jet Airways y compramos dos billetes a Udaipur por 131€.
Aterrizamos ayer en Delhi a las 13 horas después de no conciliar ni un rato el sueño en el avión.La salida del aeropuerto Indira Gandhi fue más fácil y rápida de lo esperado,compramos un ticket de pre paid taxi y en la puerta se busca la matricula del que te han asignado, cuesta 240 rs. al barrio de Paharganj,son unos 4€ por 25 km. Pero es que el taxi es una tartana desvencijada.El taxista nos quiso liar para ir a otro hotel pero insistimos en ir al Cottage Yes Please en el que habíamos hecho una reserva por email.
La primera impresión de Delhi es sequedad,polvo,contaminación,ruido,miseria,todo destartalado y medio derruido,lo normal en la India,pero es que para ser la capital no hay nada agradable; tanto Paharganj como Karol Bagh son barrios similares,colmenas de hacinamiento,ruidosos y sucios,nada que ver con ciudades de Túnez o Marruecos,esto es mas que tercer mundo,es otra dimensión.Incluso el centro de la capital,Connaught Place y Janpath son lugares sucios y destartalados,hay tiendas de marca y oficinas de compañias internacionales entre montones de basura,de escombros y charcos fétidos,un desastre.Los delhitas no parecen acosar demasiado aunque siempre alguien te pregunta si te puede ayudar con la intención de llevarte al huerto de su tienda,negocio o restaurante.
El taxista del aeropuerto nos dejó a la entrada del barrio de Paharganj porque no pueden entrar coches en las cales principales y ¡aquí estamos,cargados con las bolsas n medio de la marabunta sin haber dormido en 24 horas y con el jet lag!Preguntando llegamos al Cottage,nos enseñan una reserva a nombre de Raffaelle y la tomamos como nuestra y nos enseñan la habitación,horrorizados decidimos no quedarnos e intentar buscar algo mejor,decisión de la cual nos arrepentimos luego pues todos los sitios son igual o peor.
Y es que estos son los hoteles normales medios de la India,no es que fueran malos,si se quiere algo mejor hay que pagar 200€ por un hotel de lujo,no hay término medio,pero eso lo sabríamos luego así que entramos en otro llamado Relax Hotel,que llevábamos apuntado en la guía y después de enseñarnos 4 habitaciones,incluso echando de una de ellas a un europeo,salimos huyendo para dirigirnos al supuesto mejor barrio de Karol Bagh...¡error! al que llegamos en un motoricksaw.Vemos tres hoteles con mejor pinta pero estaban completos y rendidos nos dejamos llevar por el conductor a uno con sitio libre,es el Good Palace y dentro del cutrerío general de los hoteles es aceptable,pero no conseguimos bajar de los 54€ con desayuno,una pasada,pero aceptamos por el agotamiento y ante la perspectiva de volver a Paharganj.
Decidimos dejar Delhi lo antes posible y salimos al centro a negociar el alquiler de un coche con chofer,nos metemos en una agencia “oficial”de turismo en el Bloque N de Connaught Place,después de una hora negociando nos lo dejan por el doble de lo que habíamos visto por internet,se nos debe ver la cara de desesperados;lo rechazamos rotundamente y al salir vemos las oficinas de Jet Airways y compramos el billete a Udaipur a 750 km de la infernal Delhi,pensando hacer el recorrido del Rajastán desde allí en taxi o ya veremos cómo.
No nos apetece ni ver monumentos,no vemos ningún atractivo,ni vemos agradable a la gente.Nuestra única meta es dejar esta ciudad.
Cenamos en un restaurante que vemos bastante limpio en el Janpath de comida del sur de la India,por 8€ los dos,pero es que la comida no es nada especial,una especie de crepe vegetariano con salsas muy coloridas,unos dulces muy empalagoso y té o chai masala especiado muy rico.Al salir compramos unos helados más que nada por conseguir cambio en billetes pequeños pero tuvimos que dárselos a unos niños de la calle casi sin probarlos.
Es muy importante llevar siempre billetes pequeños para los ricksaws y otros gastos normales y propinas,vamos a sacar dinero en los cajeros porque dan billetes nuevos y el cambio parece más favorable que si se cambia efectivo.Los cajeros nos dan 56,8rs por euro.
La noche en Delhi es ruidosa a más no poder y dormimos gracias a los tapones,nos pusimos dos mantas porque la noche es fresca a pesar de los 25 grados del día.
Nos levantamos muy desanimados y más aun al ver el triste desayuno que nos sirven en el sórdido comedor del hotel:tostadas,omelette y té con zumo de brick.Nos damos un paseo tempranero por el barrio y descubrimos el metro que parece bastante bueno,va por el medio de la calle elevado en unos pilotes.A media mañana salimos en un coche del hotel al aeropuerto nacional ,que esta a rebosar.Hemos atravesado “parques” y “jardines”similares a secarrales y vertederos,autopistas desastradas y supuestos barrios residenciales que dan pena.En fin esperemos que la romántica Udaipur sea otra cosa.
En nuestra estancia en Delhi no hemos visto esa miseria extrema de la que se habla,hay mendigos,tullidos o gente que vive en la calle,claro que hemos estado en la zona centro.Aun así Rafa dice que vio un cadáver tirado en la acera al pasar con el taxi.
Creo que embarcamos ya...¡por favor,que Udaipur sea otra cosa!



25 de Enero.Udaipur
¡Menos mal!Udaipur es más la India esperada,nada que ver con Delhi.Ya al llegar al aeropuerto se nota la calma de una ciudad de provincias,la gente parece más amable y no te acosan tanto.La ciudad vieja aparece adornada de palacios y templos,hay lagos,gaths y...muchísimas tiendas de todo tipo para el turista,la parte vieja es un laberinto de callejas llenas de cartelones publicitarios muy coloristas, agencias de viajes,guest houses,cambios,etc...
Fuimos en un pre paid taxi desde el aeropuerto al hotel Jagat Niwas Palace,sólo quedaban standard rooms pero nos pareció muy agradable y acogedor.Es una antigua mansión del siglo XVII bastante bien mantenido, la habitación está muy limpia y por 23€ estamos encantados,¡qué diferencia con los hoteles de Delhi.El personal parece muy amable y eficiente.Cenamos en una gran terraza con vistas al lago Pichola iluminada con velas y con braseros de carbón para caldear la noche; la comida es bastante buena,tomamos paneer thika tandori,en unos bloques de queso recubiertos de pasta roja de especias y asados por el horno.Bebimos cerveza Kingfisher presente en todos los restaurantes.
La tarde la habíamos pasado alrededor el lago y dando vueltas por la ciudad, rafa ha pisado dos plastas de caca de vaca,¡buena suerte!
Esta mañana hemos salido a las 11 del hotel para visitar el recinto del Palacio de la Ciudad,es enorme con patios,jardines y pasadizos estrechos y laberínticos.El famoso lujo de los maharajas resulta pobre si lo comparamos con los palacios coetáneos europeos pero excesivo al contrastarlo con la miseria exterior que en los tiempos pasados sería aún mas sangrante que hoy día.Los salones no son grandes y la decoración no es muy exagerada.
Ahora estamos tomando el lunch en la terraza del hotel de lujo Fateh Prakash Palace perteneciente a la maharani de Mewar;hemos tomado cerveza,arroz y kebab de cordero por unos 15€ cada uno,¡carísimo para la India!Este recinto es de pago así que no hay indios del pueblo, sólo ricachones y turistas occidentales, aquí vive la maharani y se ve su palacio con el rolls royce en la puerta custodiado por la policía.
Esta mañana he perdido la guía en el Palacio,vamos a preguntar si la ha devuelto alguién,si no la encontramos casi mejor,la Lonely Planet ha resultado anticuada y poco fiable,
¡ya que vamos a la aventura mejor sin guía!
Pues no la han devuelto,así que por lo pronto mañana en Jhodpur no sabemos ni a que hotel ir.
Hemos pasado la tarde de compras y paseando.Adquirimos dos bolsas bordadas y dos pantalones bombachos cómodos para vestir aquí.Quisimos ir al Palacio del Monzón en una colina a las afueras pero el ricksaw no nos advirtió y llegamos tarde así que le pagamos la mitad de lo acordado.En una agencia apalabramos un taxi para mañana a Jhodpur por 2100 rs.parando en Ranakpur para ver un templo jainita muy importante.
Pudimos enviar emails y hablamos con la familia,dicen que ha nevado en Madrid,hoy hemos pasado calor aquí,unos 26º a la sombra.
Por conocer otro restaurante hemos cenado en una guest house al lado del hotel,en la azotea,había familias indias y la comida más popular,hemos tomado un thalí,es un menú completo en una bandeja,un cuenco de arroz con salsas y verduras variadas,de postre un crepe de plátano enorme.
¡Mañana rumbo a Jhodpur,la ciudad azul!

26 de Enero,Republic Day.Pushkar
Estamos en la ciudad santa de Pushkar,aquí es obligado el mas estricto vegetarianismo,no se vende ni se sirve ni carne ni huevos ni alcohol ni drogas,aunque en los cafetines te ofrecen te o lassi con bhang,marihuana.
Al levantarnos el último día en Udaipur decidimos ir directamente a Pushkar y eliminar Jhodpur del viaje, queremos hacer menos horas en coche y estar más tiempo en las ciudades, ir con más calma, conocer más a fondo los sitios.
Salimos a las 10 de la mañana con un calor soportable, la conducción en la India es un caos total, no hay normas, todo se reduce a pitar continuamente y el más débil esquiva al más fuerte, todo ello con amabilidad y respeto.Un pitido significa “estoy aquí”,dos piiip piip...”allí voy”,tres piii,piii,piii...”apártate por favor” y ya muchos piiiii...”como no me haces caso allá tú”Pero son buenísimos conductores, en 6 horas de trayecto no hubo milagrosamente ni un roce; hay pocos turismos particulares, solo camiones ,motocarros ,motos, carros, bicis y animales de todo tipo compartiendo la “calzada”,sobre todo las vacas escogen como su lugar de descanso favorito el medio de la carretera.El trayecto se hizo muy entretenido.El chofer no abrió la boca en todo el viaje y al llegar nos llevó al mejor hotel que llevábamos apuntado pero estaba completo y nos buscó sitio en la Ratan Haveli,un agradable y familiar hotelito con jardín en las afueras del pueblo, muy tranquilo y barato, por 14 € la habitación estamos muy a gusto, la familia que lo lleva son muy amables, llegamos a las 3 y un niño nos cocinó lentejas con chapati recién hecho.
El pueblo es una serie de calles alrededor de la laguna sagrada,el acceso al agua es por unas escalinatas o ghats,también sagradas donde no se pisa calzado, nosotros pasamos de descalzarnos porque el suelo está sucio de mierdas de vaca, de palomas y de monos,aparte de la mugre habitual muchos turistas y tiendas de todo tipo al gusto neohippie, cafetines y restaurantes donde paran colgados de todo tipo y de todos los paises.Son preciosas las telas y brocados y las joyas de platal parece un buen lugar para compras.
Hemos disfrutado de una puesta de sol oyendo los cantos y campanadas de las “pujas",ofrendas a los dioses que se realizan en los ghats y luego hemos vuelto al hotel a cenar fruta de pelar que hemos comprado, vamos a comer menos comida picante.¡Hasta ahora hemos evitado las diarreas!
No nos llena este país, necesitamos quizá más tiempo pero hoy los dos hemos comentado que volveríamos a casa mañana mismo y ¡aún nos quedan 10 días


27 de Enero,Pushkar

La sensación de desánimo de ayer ha cambiado después de 10 horas de sueño.
Ha sido una buena mañana. Da gusto pasear por Pushkar observando a los distintos tipos de personas que andan por aquí: peregrinos de toda la India, santones, gurus, hippies, colgados, turistas .etc...
Hemos pasado a dos templos y a infinidad de tiendas, hemos comprado plata y unas telas para colgar en la pared, regateando con mucha tranquilidad. Los ghats están tranquilos por la mañana y se puede acceder a ellos sin acoso de los seudo sacerdotes que te ofrecen flores para ofrendas.
Estamos en un restaurante recomendado en la Lonely Planet, el Sunset Café, nuestra mesa está en un patio desde el que desgraciadamente tenemos vistas a la cocina, porque ya hemos pedido sino renunciaríamos a comer, ¡seguro que hoy no nos libramos de la diarrea! Nos hemos lavado con una toallita con alcohol que siempre llevamos en el macuto y hemos pedido cerveza sin recordar que está prohibido y nos han traído unas botellas de sin... hay moscas por todas partes y hace un calor que nos agota menos mal que por la tarde refresca. Al lado hay una pareja de franceses ricachones con cara de asco al manipular la carta, es que está pringosa y mugrienta.
Pushkar es menos agobiante porque no circulan coches ni motos por la zona central y deambulamos con nuestros bombachos indios,pulseras y anillos despreocupados de los pitos y el humo.
Ya tardan en sevir,llevan media hora preparando la comida y tenemos hambre,paciencia.Es curioso pero es el primer día que sentimos hambre, creo que es una señal de que nos vamos adaptando al país.
Ya me he comido mi arroz y mi potaje de queso Thika y Rafa aún está esperando su pizza y ¡es que pide cosas tan exóticas!Rafa está desesperado y he pedido al camarero la cuenta para irnos a otro sitio.Ha venido junto con la pizza,se ha comido la mitad y no nos la han cobrado disculpándose por no habernos hecho felices en su restaurante.Hemos pagado 7 € de la cuenta y 1 de propina y como la pizza costaba 90 céntimos está pagada.¡Qué honrados!Vamos con la aprensión a todas partes de que te van a timar pero resulta que la gente es muy honesta.Los de las tiendas van a sacarte todo lo que puedan pero es lógico, eso es de ser buen vendedor.La plata nos ha salido por 100€ pero es que han sido 5 brazaletes, un collar tobillero y dos pendientes, plata del 92% de pureza y bien labrada.Va a ser difícil elegir las faldas que me encargó Paloma, son todas muy coloridas y agitanadas, para encontrar diseños más finos habría que rebuscar en los miles de tenderetes con miles de artículos.Mucha gente compra tejidos por kilos y los envía por correo a Europa.Resulta que en todas las tiendas tienen socios en España(para ellos España es Madrid o Barcelona, hola coca cola, tres cuatro cinco por el c... te la hinco, mama folla borracha...típicos saludos a los españoles,¿quién les enseñará estas chorradas?)
En general la gente parece feliz, hay muchos mendigos ,desarrapados y enfermos, toses y escupitajos por todos lados pero la gente normal de la calle va a lo suyo y es educada y amable, por ejemplo el dueño de nuestro hotel es encantador y sumamente cortés sin caer en la adulación.Los niños son un tesoro, trabajando en todos sitios, habría que cambiarlos por los mimados niños occidentales con sus caprichos, muchos van descalzos y con camisetas hechas jirones pero tienen más elegancia y dignidad que cualquier europeo con ropa de marca.Las mujeres son las flores de la India, todas vistiendo saris y enjoyadas ya sea con oro, plata o plástico.Se ven por la calle entre los charcos de aguas fecales y basuras, con cestos, cántaros o haces de leña en la cabeza o bien trabajando en las obras, siempre como modelos en una pasarela.Son fulgores de color que te hacen apartar la mirada de cualquier cosa para prestarles atención; incluso sus rasgos son finos y elegantes hasta en las campesinas.Los hombres son delgados y escuálidos, se ven rostros guapos entre los más jóvenes, los niños son todos adorables, tienen ojos grandes y profundos e incluso cuando te persiguen con el sonsonete de “ten rupees” o “foto foto”no molestan nada sino que te ríes con ellos.
Este pueblo se inunda de música a todas horas, cuando no son los sacerdotes son los músicos callejeros o bien los altavoces de los tenderetes o las muchas escuelas de danza que hay para que los turistas aprendan algo de folklore. Creemos que Pushkar no es la India auténtica pura y dura,es un sitio a medida para responder a las expectativas que un occidental espera de la India, pero resulta un sitio agradable, resalta más lo bueno del país que lo desagradable. Deambulamos por aquí los españoles, japoneses, franceses, italianos, argentinos, alemanes y muchos israelitas por callejas, mercados cafetines y locales de internet, hoy hemos conectado en uno que tenía el teclado en letras hebreas.
Después de la siesta en el hotel hemos vuelto a salir de compras, fundas de cojín y fruta para la cena granadas y unos híbridos de dátil y ciruela. En dos días ya nos conocen y los vendedores nos saludan al pasar.
Ha sido una estancia muy agradable en Pushkar, mañana a Jaipur.


28 de Enero, Jaipur.
Ya estamos en la Ciudad Rosa.Hemos sido rechazados en la Shapura House, nuestro hotel palacio elegido, por estar completo pero al segundo intento nos quedamos en el Bissau Palace una mansión del s. XIX situada cerca de unas de las puertas de la ciudad vieja, es un palacete muy tranquilo con jardines y piscina, nos han dejado la room por 35.La comida es muy abundante y el Thali es el mejor de los probados hasta ahora, incluye fruta y chai o café por 2€. Los salones, la biblioteca y el comedor son palaciegos, las habitaciones no están al mismo nivel ni siquiera las suites de pomposos nombres como maharaní o emperador.la primera impresión de Jaipur es buena, hay centros comerciales modernos, casas buenas y parece que menos caos. Esta tarde veremos la ciudad vieja y el Palacio.


Hemos hablado con unas francesas y unos jubilados holandeses que están alojados en los cuartos contiguos, los jubilados llevan 20 días de viaje y están encantados pero las francesas llevan 2 días y se les nota horrorizadas, ¡normal! Es lo que nos ha pasado a nosotros.
Hace calor y apetece la piscina pero es que no nos fiamos de la calidad del agua.
El viaje desde Pushkar son 150 Km. Y cien de ellos por “autopista” de peaje.Nos ha salido el taxi por 24€.Ha sido un trayecto entretenido como siempre; paramos en un pueblo a echar aire a las ruedas y nos ha rodeado una multitud saludando y riendo,pidiendo que les filmasemos.les encanta ser retratados pero luego les da vergüenza verse en la pantalla.
La autopista de peaje es la monda, pasa por medio de los pueblos sin vallas o protecciones, hay tres carriles que nadie respeta y vacas en la mediana comiendo las plantas,los ciclistas y peatones cruzan tranquilamente en cualquier sitio.Vimos a un loco europeo en ruta a Jaipur en bici con remolque.
Rafa se ha despertado de la siesta, nos vamos de paseo.
Ya de vuelta en el hotel en un cicloricksaw.Da mucha pena el gran esfuerzo que hacen,vas todo el paseo compungido y sufriendo viéndoles sudar, toser y jadear arrastrando a dos gordos europeos pero hay que pensar que se ganan 20 veces más que si llevan a un local y te están muy agradecidos, te tienden la mano llena de mocos y suciedad para darte las gracias.Hoy hemos montado en tres ricksaws,todos los conductores son escuálidos y no saben dónde quieres ir, dan vueltas preguntando hasta que se aclaran.El primer paseo fue hasta el City Palace,luego anduvimos hasta el Hawar Mahal o palacio de los Vientos, que es el edificio más famoso de Jaipur.Después de hartarnos de andar tomamos otro par ir a un centro comercial moderno para ir al servicio y descansar.El tercero fue para volver al hotel, este se perdió por completo y dio un gran rodeo todo cuesta arriba,las pasó canutas y le pagamos el doble de lo convenido 1€ con el que quedó muy contento, sus carreras normales les suponen 5 o 10 céntimos.
Jaipur es llana,cuadriculada,con largas avenidas llenas de tráfico y tiendas,ruidosa y caótica como Delhi pero con el encanto de sus edificios, la mayoría mansiones ajadas pintadas de ocre que le dan un tono rojizo a la ciudad, sobre todo en el crepúsculo, por eso la llaman The Pink City.
Ahora estamos en el jardín del hotel disfrutando de la paz vespertina después del paseo, por llamarlo así,en las urbes indias no vale seguir el plano para ir caminando a un sitio concreto, las calles no tienen puesto carteles con su nombre y nunca sabes donde te encuentras.Preguntar es un lío, así que lo mejor es coger un ricksaw y a lo que salga.
Hemos apalabrado un motoricksaw con uno en la puerta del hotel para ir mañana a Amber Fort.Vamos a estar 3 horas con él por 4 €.
¡Qué bien se está en este jardín!Y pensar que detrás de las verjas de la propiedad,mismamente en la entrada hay un estercolero donde las vacas y cerdos remueven y comen la basura.¡Contrastes de la India!
Aquí tienen el coche de época de la familia propietaria del palacio, que aún vive en la zona privada de la casa,disponible para dar una vuelta por la ciudad pero...¿a quién le puede interesar? quizá a algún nuevo rico como los que hemos visto celebrando bodas esta noche por las calles en comitivas de cientos de personas formando círculos alumbrados por lámparas portadas por mujeres, estandartes, músicos y carrozas, dentro del circulo van los invitados muy trajeados bailando al son de la música tradicional.
Ahora hay un show de marionetas en el jardín, cuentan leyendas de Rajastán acompañados de tamboriles, mientras nos vamos a duchar y vestir para cenar de”gala” en el comedor.
Hemos pasado la velada de charla con una pareja de recién casados argentinos, ella conocía Madrid y hablamos de todo un poco, ellos vienen de Nepal y Benarés y se dirigen a Udaipur,son majetes.
¡Ummmm!...las sábanas de este hotel son suaves y blancas, sin lamparones,¡qué bien vamos a dormir!

29 de Enero, Jaipur.
Venimos asqueados de la excursión a Amber Fort, hemos ido en un motoricksaw por unos callejones inimaginables, ¡qué hacinamiento y miseria! Nuestra moto ha tenido que ir un rato largo detrás de un camión lleno de mierda,en el sentido literal de la palabra, y casi nos desmayamos al respirar los efluvios que desprendía.
El fuerte es un conjunto de palacios y edificaciones del s. XVII.Se sube por una rampa a lomos de elefante o a pie, está tomada por vendedores y la subida es agobiante por el calor y el acoso. Sólo se visita una parte “restaurada”, el resto es pura ruina. Las terrazas y patios están tomadas por monos y palomas. A la vuelta paramos un rato en el Palacio del Lago, un pabellón para las mujeres ahora convertido en el palacio del lodo porque el lago está seco y lleno de basura.
Estamos ahora refugiados en el oasis que es el hotel pensando y temiendo volver a salir para ir a la estación a reservar un tren a Agra.
De vuelta de la estación... ha sido imposible reservar nada, hay colas de horas de espera, horarios y destinos ininteligibles, formularios de reserva, calor, agobio, agotamiento. Decidimos contratar un taxi en la oficina de Turismo de Rajastán para todo el día de mañana, viaje y visita a Agra y Fatehpur Sikrit por unos 60€, es caro pero no conseguimos nada mejor. También nos han reservado el Safari Hotel en Agra, ya veremos como será porque creo que no te puedes fiar mucho de las agencias oficiales.
¡Qué ganas de dejar la agobiante Jaipur! Hoy ha sido agotador, menos mal que tuvimos la suerte de encontrar un sitio limpio para comer, un “Subway”de bocadillos muy buenos en un centro comercial moderno cerca de la estación. Te preparan el pan horneado con los ingredientes que eliges ¡con las manos enguantadas! Después un café bastante bueno con una tarta.
Aquí están a mi lado los jubilados holandeses, ella es muy hippie, va descalza por este suelo del jardín lleno de escupitajos, a los indios les gusta echar lapos continuamente, Me cuenta que le encanta Asia, en concreto Indonesia, Vietnam y Sri Lanka, pero encuentra la India demasiado dura para dos ancianos.
Nos arrepentimos ahora de no haber contratado un coche para todo el viaje, te quita preocupaciones y se gana mucho tiempo.
Hoy creo que hemos respirado los peores efluvios que se pueda imaginar, al lado justo del hotel hay un gran montón de basura fermentada que están removiendo para retirarla, hemos tenido que pasar varias veces delante y en una de ellas hubo un atasco de varios minutos, contuvimos la respiración hasta no poder más, el ricksaw no se movía y ya tenías que respirar o ahogarte, ¡hasta el conductor tenía arcadas! ¡Los miasmas que desprendían los detritus fermentados tumbarían hasta un elefante!
Acaba de llegar un grupo de alemanes en un “hotel rodante”, es un bus con remolque. Cuando ha aparcado en el jardín del hotel todos han roto a aplaudir porque hay que reconocer que es un milagro meter ese autobús por estás callejuelas. Duermen en unas literas dentro del remolque, llevan una cocina y han montado unas mesas para cenar en el jardín. ¡Increíbles estos alemanes! El “Rollende Hotel” tiene matrícula de Berlín pero está asentado en Delhi, vienen en avión y recorren la India sin problemas de alojamiento.
Está muy animado el hotel está noche, estamos tomando una cerveza viendo el trajín de todos los viajeros. Hay parejas con niños pequeños ¿cómo se atreverán a traerlos?¿Cómo los alimentarán? He leído en la guía de las francesa que el hotel de mañana en Agra tiene habitaciones limpias e inmaculadas, después de los días que llevamos de viaje es algo que no me creo..
.Han llegado los argentinos, se sientan a tomar algo con nosotros, las marionetas empiezan el show, los mosquitos se suman a la velada...
Ahora escribo en la habitación a la luz de las velas, todos los días se va la corriente y hoy además a caído una pequeña tormenta. Hemos cenado en el jardín, fruta, chocolatinas, zumo de naranja envasado. Antes estuvimos mandando e mails y comprobando que algunos amigos no se han molestado en contestarnos. Internet es fabuloso, gusta mucho recibir noticias de casa aunque sea para decirte el frío que hará ahora en Madrid y ver la familiar portada de elpais.com
Nos despedimos de Vero y Martín, los argentinos, que salen mañana para Udaipur, y de las francesas que se fueron a las 10 a tomar el expreso nocturno a Jaisalmer
Ha sido agradable la estancia en el Bissau Hotel de Jaipur.
Dejo de escribir porque la luz no vuelve y me quedo cegato

30 de Enero, Agra

Hoy hemos visitado el Taj Mahal. La vista de esta maravilla nos ha recompensado de tantas calamidades pasadas.
El día de ayer quizás fué el peor del viaje. Ocho horas en la carretera sorteando escombros, barreras de control, festivales religiosos y paradas para el té del conductor. Salimos a las ocho de Jaipur y todo fué bien hasta Fatehpur Sikrit, unas cuatro horas de viaje; el paisaje es diferente del oeste del Rajastán, aquí son campos curtivados de corza, plantas verdes de flor amarilla.
Fatehpur es muy espectacular, arquitectura islamica mongor, todo lo bello en esta parte de la india lo hicieron las dinastias mongolas.
Sigue el acoso de los vendedores aún más fuerte si cabe por la gran cantidad de turistas que hay aquí, pero la visita es muy agradable por que son recintos espaciosos donde te pierdes, es una ciudad abandonado muy bien conservada para lo que aquí se lleva.
Después paramos en el contro de impuestos del estado de Uttar Pladesh que cobra al taxi turístico.
A treinta y cinco kilometros de Agra resulta que ahí una protesta en un pueb lo y los lugareños han decidido cortasr la carretera se supone que por unas tres horas pero no se sabe de cierto, el conductor, un chico muy circunspecto que no habra inglés, nos surgiere comer algo en un tenderere de la carretera pero preferimos tomarnos unos aperitivos y un platano que llevavamos, comer algo en esos sitios no es muy recomendable.
Después de dos horas parados en el coche nuestras caras eran un poema, no sabíamos si tendríamos que quedarnos a dormir en el coche en mitad del campo, pero eso sí, no estabamos solos una multitud de indios pasaban por la carretera arriba y abajo y todos nos miraban como diciendo: Lo sentimos pero no hay nada que hacer, ¡a aguantarse!.
Por fin se habre la carretera y aquello es la marabunda, camiones, coches, carros y motos lanzandose a la vez por todos lados....... ya pasamos. A veinticinco kilometros de Agra hay que parar otra vez por un festivar locar, es decir, una muchedumbre que ocupa todo el pueblo cantando y danzando. El chofer, viendo nuestras caras de incredulidad y desesperación preguntó a un paisano y tomo una carretera rural muy tranquila entre los sembrados, solo iban bicis y peatones, pasamos por poblados de casas de adobe y paja, plastas de vaca puestas a secar para servir de combustible, pueblos miserrimos pero más soportables, la vida quizá sea más precaria que en las ciudades pero no existen los desechos de la civilización, ni ruidos, ni polución; los niños parecían más felices si cabe. No quiero dar a entender una estampa bucolica del campo indio porque la miseria y el detritus seguian ahí, pero era todo más acorde con la naturaleza.
Después de ocho horas para hacer 250 kilometros el taxi nos dejó el en hotel reservado por el de la agencia
de Jaipur: ¡un antro infecto! después de un día agotador un final negro. El Safari Hotel, blanco e inmaculado
según la jodida Lonely Planet era un cuchitrin de lo peor que habíamos visto incluso para el precio de 11 euros
la noche que nos pidieron por adelantado los cinco vejestorias que lo atendían.
Agotados y desolados... pagamos. No hay que fiarse de las agencias oficiales ni de la L.P.

Salimos a reconocer el barrio: lo mismo de siempre, mierda y cochambre, pero por lo menos las calles
son anchas y hay más plantas y árboles. En este aspecto Agra es más llevadera, no se respira tanto
humo y se ven mejores casas y hoteles. En uno de ellos del sector turistico, Amar Yatri Niwas
preguntamos por curiosidad y nos enseñaron una habitación estupenda y limpia por 37 euros,
decidimos sin dudar cambiarnos de inmediato y quedarnos dos noches.

Habíamos decidido que estabamos de la India hasta las narices, asi que no iriamos a Horcha y a ningún
sitio más, volveríamos a Delhi hasta el día del vuelo de vuelta.

Hablamos con los de recepción y nos conseguirian billetes de tren en el "lujoso" Shatabdi Expres,
he incluso reservarian hotel en Delhi del mismo titpo que el suyo, ojala. Pasaremos dos días en Delhi
ya que estamos más acostumbrados al país, viendo monumentos y haciendo las compras que nos animan
mucho.


31 de Enero,Agra.
Hoy ha sido un día bueno y descansado.Contratamos un motoricksaw por todo el día por 4 euros para llevarnos a todos los sitios con la condición de entrar a algunas tiendas pues les dan comisión por llevar turistas aunque no compren.Aceptamos porque son muy amables,al conductor se le ha unido uno que chapurrea inglés,y entramos en cuatro tiendas unos minutos;en una joyería compramos unas pulseras de plata baja;en la tienda de mármol vimos verdaderas maravillas y como las elaboraban,lo mejor eran unas encimeras de mesa con piedras semipreciosas incrustadas,obraas de arte por las que pedían cien euros,incluso las mandan a casa.
Lo visto hoy es lo mejor del viaje,el Taj Mahal será inolvidable y el Fuerte Rojo también vale la pena.No voy a tratar de describir el Taj porque es imposible,baste decir que se puede pasar todo el día contemplandolo y no te hartas de impregnarte de esa sutil belleza que te inunda.Hemos comido en un Pizza Hut,¿venir a la India y comer en un Pizza Hut?pues si, y no es por la comida sino por el placer de estar en un sitio limpio,relativamente.Rafa está contento con la cerveza, hay King fisher por todas partes y es m,as barata que en Rajastán, aún así sale tan cara como el resto de la comida.Anoche cenamos en el Hotel Amar al lado del nuestro y de la misma cadena,un chicken tikka masala muy fuerte y sabroso.Había una mesa de españoles que daban vergüenza ajena,aparecieron disfrazados de amharajas horteras lo que provocó las sonrisas discretas del resto de los comensales,toda la cena la pasaron dando voces.Hemos conocido en a un vasco que va a estar 2 meses en la India el solo y no habla una palabra de inglés,¡hay gente muy atrevida!Esta noche ya salió la pega del hotel,no podía ser perfecto:hay un ruido terrible de la maquinaria de la azotea que tiembla toda la habitación,parece que estamos en la sala de maquinas de un barco;nos ha prometido apagarlas más tarde,menos mal que tenemos tapones para los oidos,algo imprescindible en este ruidoso país.


1 de Febrero,Agra.

Estamos haciendo tiempo en el hall del hotel hasta la hora de salir hacia la estación a tomar el tren de Delhi,hemos visto por internet el hotel reservado,el Megha Sheraton y en fotos tiene buena pinta,¡como todos!luego la realidad es otra.
Hoy ha sido un día de relax,por la mañana visitamos el mausoleo de Itmad-ud-daulad,llamado Baby Taj,es también una joya,sin llegar a la altura del Taj Mahal,que por cierto significa Palacio del Agua.
Al atravesar el rio Jamuna se ven a las lavanderas lavando la ropa y tendiéndola sobre los bancos de arena;así lavan la ropa de los hoteles y por eso no pueden estar muy blancas las sábanas y toallaas.
Regresamos al comer a nuestro bendito Pizza Hut,luego un rato de internet y despues hemos quedado con Salman,nuestro ricksaw de hoy,un chico muy majo de unos 20 años que nos lleva al Bazaar Sadam y al Bazaar Mongol;como son mercados cajjejeros sin interés nos pide que por favor hagamos el circuito de sus tiendas.Aceptamos para pasar el rato y hacerle un favor.Pero ya no podemos resistir la llamada del shopping y cargamos con tejidos,pasminas,colchas,plata.Es un placer pasar una tarde de compras en Agra con vendedores tan amables,estuvimos a punto de comprar una lafombra de 2x2 metros y una mesa de marmol pero afortunadamente nos lo pensamos fríamente y resistimos la tentación.Salman nos dejo con pena porque ganó en una tarde lo que en un mes normal,nos dijo que tenía alquilado el ricksaw por 1€ al día y que pretendía comprar uno de segunda mano que le costaba 80€.
La Estación de Agra Cantonament es para pasar las horass disfrutando del espéctaculo del gentío
.¡Vaya trenes!Los viajeros van hacinados en vagones enrejados y sucísimos.
Nos sentimos aliviados al embarcar en el Shatabdi Express,un tren de lujo con butacas de avión
donde nos sirven una abundante bandeja de comida y botellas de agua,sólo viajan aquí hombres
de negocios,turistas y alguna familia pudiente y eso que el billete cuesta 7€.Hablamos con unos
colgados italianos que venían del Nepal y alucinaban con el agobio de esta parte de la India,dicen
que en el norte reina la calma y no hay agobio de ningún tipo,iban fumadísimos y pudimos librarnos
pronto de su compañia.En dos horas llegamos a Delhi,en coche serían unas 5 horas,eso si no hay
problemas.
En la Estación de Nueva Delhi nos esperaba un cohe del hotel y en 20 minutos estanmos instalados
en el hotel,que como nos temíamos es bastante horrible,pero al menos la cama es amplia y limpia,
así que pasaremos las dos noches que nos quedan aquí.Este hotel vale 37€ mucho peor que el de
Agra,el sofá de recepción nos llama la atención porque tiene un dedo de mugre negra como tapizado
.El barrio es Old Rajinder Nagar y parece más tranquilo que Karol Bagh,aunque está al lado,los separa
la via elevada del metro.


4 de Febrero, aeropuerto de Delhi.
Es la 1 de la madrugada en el Indira Gandhi Internacional Airport y estamos esperando nuestro vuelo a Estambul que saldrá a las 4.No nos han permitido la entrada aún al edificio
de la terminal y estamos en una gran sala de visitantes de pago situada en un edificio anexo.
Han sido dos días intensísimos en Delhi; hemos disfrutado de la ciudad y creo que
los comentarios de los primeros días habría que matizarlos; después de recorrer
el Rajastán y Agra, Delhi nos parece tan caótica y destartalada como las demás
ciudades
pero con la ventaja de que tiene más lugares decentes para comer o comprar y sólo
tiene el problema de que los hoteles son peores y más caros que en el resto del
país. Vemos ahora la ciudad menos sucia y hay horas que la polución no es tan
fuerte y se puede pasear con gusto, hemos pasado buenos ratos en el parque de
Connaugth Place y los desplazamientos los hemos hecho en el maravilloso
Metro, limpio de verdad, rápido, moderno, con aire acondicionado y nada
congestionado; lo usábamos siempre para ir al centro desde el hotel, por 15
céntimos de euro nos dejaba en C.P. en diez minutos, lo malo es que sólo hay
2 líneas y que los policías te cachean a fondo al acceder a la estación, no se pueden
hacer fotos ni, menos mal, escupir, quizás por esto no va mucha gente en él.


El primer día de esta nueva estancia en Delhi nos despertamos a las 8 y en cuanto te quitas
los tapones de los oídos te penetran todos los sonidos de la vida de la ciudad que no para
ni de noche. Nos negamos a desayunar y a tomar el té que nos ofrece gentilmente el
propietario del hotel después de charlar con nosotros para ofrecernos cualquier
servicio que necesitaramos. La negativa estaba motivada por el asco que nos daba el hotel
y los mozos que pululaban a nuestro alrededor tratando de que tomáramos el desayuno
allí, desde luego juramos no comer nada en este hotel en los dos días. Fuimos a desayunar
al centro y la que hicimos fue tomar café en un MacDonalds comiéndonos unas pastas
surtidas buenísimas que compramos en la pastelería Wenger, en la misma plaza. Después del
desayuno y esquivando a cazaturistas y mendigos tomamos de nuevo el metro a
Chandni Chowk, la avenida principal de la Old Delhi, es una zona indescriptible de callejones
y pasadizos oscuros donde se mueve incesante una variopinta multitud ocupadísima, nos
vienen a la cabeza imágenes de la película Blade Runner, una megalópolis después del
holocausto nuclear, con la diferencia que la gente es amable y rezuman alegría dentro de lo
penoso que debe ser vivir o trabajar en una de estas callejuelas.
Llama la atención la cantidad de cables roñosos que atraviesan por todas partes y cubren
los edificios.
Caminando con esfuerzo llegamos al Lal Qila, otro Fuerte Rojo, pues en todas las ciudades
construían estos recintos con la misma piedra rojiza. Es un recinto enorme con jardines
y palacetes donde se puede descansar y respirar sin el acoso de vendedores. Tras este
rato de relax, nos dirigimos a la Jama Masjid o gran mezquita, situada en pleno barrio
musulmán, aún más caótico y degradado si cabe. Aquí se encuentran los mendigos y
tullidos más desgraciados que hemos visto, la policía se afana en quitártelos de encima
usando unos largos palos.
¿Cual ha sido nuestro proceder con los mendigos y las limosnas o “bakshis”como se dice aquí?
Es imposible dar a todo el que te pide pero alguna vez, o bien por el estado de ánimo o por
que te conmueve mucho el que te pide o simplemente porque tienes unas monedas en la
mano no te puedes negar. Lo que hay que hacer es dar lo que sea y salir pitando del lugar
antes de que lleguen mas mendigos; los niños saltan de alegría cuando les regalaas un boli
o cualquier chuchería y te siguen un buen rato. El último día pusimos en una bolsa unas
camisetas, chanclas de baño y otras cosas que no íbamos a traer de vuelta en el equipaje
y se las regalamos a unos niños en la calle ¡se volvieron locos de alegría! Lo que a nosotros
nos sobra para ellos es el mejor tesoro al que igual van a poder acceder en su vida.
Propinas siempre hay que dar a por todo y a todas horas pero con billetes de 10, 20, o 50 rs.
que siempre hay que tener a mano, vas contentando a todos, aunque a ti te parezca poco ellos
siempre te lo agradecen. Todos los servicios los dan los hombres, las mujeres trabajan en
casa, en el campo o en las obras, nunca cara al público, algunas vendedoras en las tiendas
pero ninguna de camareras o en los hoteles, incluso las habitaciones las limpian los hombres.
¡así están!
Los guardias de la mezquita no fueron amables y no nos dejaron entrar con la videocámara
así que renunciamos a entrar en el recinto, tampoco nos apetecía mucho descalzarnos otra
vez.
Al lado de la mezquita hay unas tiendas de objetos de bronce muy barato, estuvimos a punto de
comprar una escultura de elefante por 15€, pero su peso de 5 k. nos hizo recapacitar pensando
en el vuelo de vuelta, compraremos mejor una pieza de madera que tenemos vista en el mercadillo
de Janpath


Por fin hemos podido entrar en la terminal y pasados los primeros controles, hay largas
colas y mucho movimiento de viajeros con enormes maletas, la terminal es vieja y
destartalada pero funciona y todo al final se va ordenando como por arte de magia;
pronto pasaremos el control de pasaportes y dejaremos ya de estar entre la encantadora
gente india.
Siguiendo con la jornada en Delhi, después de la mezquita volvimos en metro a Connaugth a
comer en un Kentucky Fried Chicken, pedimos un combo gigante de trozos de pollo rebozado
estilo masala,picante y especiado, una de las pocas ocasiones que hemos tomado carne,la otra
vez creo que fue un kebab de cordero en Udaipur.Pasamos la tarde tumbados en la hierba
en el parque central de Connaught Place asistiendo a un festival de canciones y danzas
de toda la India en conmemoración del centenario de Chatyagraha,así es llamada la doctrina
de Gandhi basada en la rebelón de la no violencia.Fue una tarde memorable, actuaron
grupos de todo el país y de Sudáfrica pues Gandhi inició su lucha contra el apartheid al
negarse a abandonar un vagón de un tren solo para blancos. El público disfrutaba de verdad
con los bailes y cantos.
Para celebrar la última noche en Delhi decidimos cenar en un hotel de lujo y fuimos al Jaypee
Sidharth; nada más cruzar el hall pasamos al mundo del lujo y la limpieza de verdad,
aunque con detalles indios: un camarero limpió una mota en mi plato con el dedo; ya
habíamos olvidado que existían estos lugares.cenamos con cerveza pues el vino es
prohibitivo, nos sugirieron un tinto argentino sólo por 60€, pensando que en España
tomamos mejor vino por un precio asequible, no nos dio pena renunciar a él.
Nos costó la cena 36€ los dos y no pudimos comer todo, era a base de sopa y verdura,
nada de carne. Fue tan fuerte, especiada y abundante que al volver al hotel sentimos
los primeros retortijones de tripa en 15 días pero a la mañana siguiente estábamos muy bien,
¡suerte de no haber sufrido el Delhi belly!,Vimos en el viaje a más de un turista con gestos y
cara de estar pasándolo muy mal con la barriga; si ya es duro de por sí este país, si lo
sufres con diarrea debe ser horrible.
El último día en la India fue tremendo, compras y más compras, nos desfogamos todo
el día en emporios, bazares y mercadillos, compramos hasta un total de 60 artículos a
cuál más bonito, los bazares son un estallido de color y griterío, lo que más atrae las miradas
son las telas asombrosas de color y diseño, nuestras compras estrella fueron las joyas de
plata, una talla de elefante de palo rosa, colchas espectaculares, fundas de cojín y las
elegantes pashminas o chales de lana. Los precios son bajísimos, a veces hasta irrisorios
comparados con España pero si compras cosas de calidad y no regateas bien te vas
dejando una buena cantidad de euros.
Otra vez haciendo cola para un nuevo control, llevamos 4 exhaustivos controles de
seguridad, arcos de detección de metales y caches rigurosos, como en algunas calles
de la ciudad, Delhi se hermana con Madrid por la fiereza de los atentados que ha sufrido.
Estamos a punto de embarcar y pongo punto y final a este cuaderno de viaje con la sensación
de no haber sabido reflejar todas las vivencias de este extraño universo. En 14 días hemos
pasado muchos altibajos, al principio solo pensábamos en huir, luego nos empezó a gustar,
el día del viaje de Jaipur a Agra nos golpeó de nuevo el desaliento y renunciamos a conocer
más lugares, después el Taj Mahal y la nueva Delhi que redescubrimos nos reconcilió
con este pais. Nos llevamos sensaciones, vivencias, olores, sonidos, sabores, visiones,
setecientas fotos, tres horas de video, setenta objetos de regalo y recuerdos. No ha sido
un viaje de placer sino una experiencia que te hace mirar el mundo de otra manera,
cómo vive la mayoría del genero humano y lo felices que podríamos ser los occidentales
si apreciáramos todo lo bueno que tenemos. Vivimos quejándonos por nimiedades, los indios
se levantan por la mañana pensando que hacer para sobrevivir cada día, sin embargo
no pierden la sonrisa y la amabilidad. El viaje a la India debía ser obligatorio para todos,
sería una terapia efectiva contra la depresión.
Se dice que a la India la amas o la odias. Yo empecé odiándola y en dos semanas no he
podido entenderla pero he comenzado a sentirme a gusto entre esta gente.
Seguramente no volveremos nunca pero jamás olvidaremos los días pasados aquí.





Gracias a los lectores y a todos los que han dejado un comentario.

A Alfonso,Sandra,Ramón,Omar,Paloma,Dani,su novia Sandra y a los que no han dejado su nombre.

Averigua lo que sabes del mundo jugando...


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